El acto de meditar es en realidad un acto de fe—de fe en tu espíritu, de fe en tu potencial. Pero no de la fe en algo que está fuera de ti—un Buda metafísico, un ideal inalcanzable, las palabras de otro, sino de la fe que está en ti, en tu propia naturaleza búdica. Tú también puedes ser un buda, un ser despierto que vive y responde de una manera sabia, creativa y compasiva.
—Martine Batchelor (Francia, 1953–)
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